motivos todos los ninos deberian hacer teatro

Niños que crecen conectados, ¡empantallados!;

niños muy inquietos y nerviosos, ¡hiperactivos!;

niños que no se mueven, ¡sedentarios!;

niños tímidos y retraídos, ¡inseguros!;

niños que acosan y niños que son acosados, ¡bullying!;

niños demasiado competitivos,

niños cada vez más precoces…

Si atendemos cada día a las noticias, acaba uno convencido de que nunca ha sido más deprimente ser niño, ni más agobiante ser padre o madre. En respuesta,

Cientos de artículos con estrategias pedagógicas, lúdicas, motivadoras, transversales, multidisciplinares…

Conferencias, talleres y cursos para padres…

Seguro que si tienes hijos, a alguno habrás acudido en el colegio. ¿Y qué técnica utilizó el “coach”/formador?

El teatro es la práctica educativa, afectiva y social más usada de la Historia

Te apostamos algo a que en algún momento del taller al que acudiste, el formador recurrió a la práctica educativa, intelectual, afectiva, social y estética que no ha fallado nunca a lo largo de toda la Historia de la enseñanza: ¡EL TEATRO! (¿Qué otra cosa son si no, los famosos “role playing” que se realizan en todos los cursos de habilidades sociales?)

En nuestra larga experiencia haciendo Summer Camp/Campamento de Verano de Teatro en inglés no hemos visto nunca niños empantallados, ni hiperactivos, ni inseguros, ni precoces, ni malotes… Solo hemos conocido niños felices y risueños; que si inicialmente eran tímidos, han perdido la vergüenza, mejorado su autoestima y autoconfianza; niños capaces de hacer amistades rápidamente; compañeros tolerantes y generosos, con capacidad de trabajar en equipo sin ningún tipo de egoísmo; niños con una insaciable inquietud por comprender y aprender más… ¿Y todo esto por qué? Porque…

1.- El teatro supone implicación y compromiso

En el teatro todos somos imprescindibles, tan importante es el actor o la actriz principal como el responsable de abrir el telón, trabajamos en una obra coral donde más allá de participar, nos implicamos para que todo pueda ir sucediéndose a la perfección. No valen egos ni individualismos y en este sentido la mayor aportación que hace el teatro es el firme compromiso de hacer equipo y los niños, podemos asegurarlo, empiezan a hacerlo muy rápidamente.

2.- El teatro es trabajo en equipo

Cuentan que Federico García Lorca se empeñaba en que su compañía fuera global, de tal forma que todos debían saberse a la perfección el texto de los demás, además de todas las tareas asociadas a la representación para solventar emergencias y poder suplirse unos a otros. A nivel pedagógico, en el teatro esto lo logramos mediante rotaciones de papeles y tareas, un día puedes hacer de “tramoya” y otro de protagonista. Así se acentúa la relación entre los niños, que enseguida toman conciencia del esfuerzo que requieren todas las actividades, ayudándose y mejorando, de paso, la comunicación entre ellos.

3.- El teatro es interacción social

En la dramatización, lo que haga un niño va a influir en los demás, de tal forma que cualquier modificación no prevista va a alterar la respuesta del resto. Se desarrolla así en los pequeños el convencimiento de que su propio proyecto de desarrollo personal no va a funcionar sin el del resto y que la fuerza del grupo siempre va a ser mayor a la del individuo. No hay competencia y sus relaciones se basan en la solidaridad.

4.- El teatro es Lenguaje

Pero nada de un libro de reglas gramaticales y sintácticas repleto de ejercicios. El teatro es vocabulario, pronunciación, expresión oral, literatura, romance con los que los niños amplían sus conocimientos lingüísticos. Los niños hacen lecturas expresivas e interpretativas de los textos, con dicciones claras y aprendiendo a proyectar la voz con la intención clara de comunicar. Esto les ayuda a mejorar la expresión en su lengua materna, pero también en segundas lenguas.

5.- El teatro es Dramatización

Reir, llorar, girarse, caminar, bailar… El teatro es integrador de muchos tipos de lenguajes, fundamentalmente del corporal. Gestos, movimientos, los niños aprenden a usar su cuerpo para realzar las características de sus personajes y dotarles de vida y expresión. Los tiempos, las situaciones escénicas, se traducen en velocidades y direcciones de movimiento. Y sin darse cuenta, los peques van desechando timidez y vergüenza y desarrollando espontaneidad, deshinbición y autoestima.

6.- El teatro es un espejo de la vida

De forma más o menos fantástica, simbólica o divertida, todas las obras teatrales, incluso las infantiles, tienen una trama que gira alrededor de conflictos de la vida y cómo afectan estos últimos a un persona o grupo de personas. Sin conflicto no hay teatro y al hacer teatro, los niños exploran valores y emociones, desarrollando valiosas estrategias de inteligencia emocional que contribuyen a su desarrollo como personas.

7.- El teatro es rigor y flexibilidad

Hay reglas que no pueden saltarse: hay que memorizar, hay que ensayar, hay que terminar de convertir esa vieja mesa en un fantástico castillo. El teatro es trabajo, exige esfuerzo, y, al tiempo, es juego. Surgen problemas concretos y hay que buscar soluciones: aprender a improvisar, hacer elecciones razonadas, tomar iniciativas, valorarlas en grupo… El niño se pone a prueba, refuerza su carácter, el conocimiento de sí mismo, y disfruta compartiendo esos nuevos valores.

8.- El teatro son Ciencias Naturales y Sociales

Todo ocurre en un momento y en un lugar, para dramatizar y dar expresión a la obra hay que contextualizarla. Para ello, los niños primeramente exploran en su imaginación, pero al final buscan referencias externas que les ayuden para su análisis y valoración a poner orden, fecha y situación a esa leyenda o cuento que representan. Los niños están cansados de estudiar, reconozcámoslo, pero es más fácil que mediante el teatro aprendan a apreciar la Historia, la Naturaleza, en resumen, el conocimiento.

9.- El teatro es Música y Plástica

El teatro es Educación Artística, estrechamente en simbiosis con Plástica y Música, incluso con Educación Física, en función de la obra dramática representada. El desarrollo creativo de los niños mejora al convertir objetos aparentemente inservibles en fantásticos decorados; el pentagrama deja de ser aburrido eligiendo la música para una escena de suspense o cantando esa canción que no sabían era un clásico de Broadway; y, por supuesto, bailando, que mejor apoteosis para una representación infantil, ¡el ejercicio físico adquiere otra dimensión bailando!

10.- El teatro no es un fin, sino un medio

Toca bajar el telón. Seguiríamos con este listado de motivos lúdicos, pedagógicos, motivadores, por los que todos los niños deberían hacer teatro. Quizás lo hagamos otro día. Recuerda solo que, como dice Petra-Jesús Blanco Rubio, maestra, escritora y autora de “El Teatro de aula como estrategia pedagógica”, el teatro no es un fin que termina con un estreno espectacular, sino un medio, “su meta es el camino a recorrer y el proceso que ha generado en el niño por el camino”.

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